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Perdiz moruna, Alectoris barbara, el ave que tiene un collar castaño

Perdiz moruna, Alectoris barbara
Frits van der Meer/CC BY 2.0

La perdiz moruna es un ave sedentaria perteneciente a la familia Phasianidae. Su nombre científico es Alectoris barbara y se distingue de otras especies por la llamativa franja color castaño con manchas blancas que luce en su cuello como si fuera un collar o un pequeño chal de lentejuelas.

Este bello animal natural del norte de África es una de las presas preferidas de los aficionados a la caza, razón por lo cual la especie estuvo al borde de la extinción en el siglo XX.

Características de la perdiz moruna

Su tamaño es mediano y su aspecto rechoncho. La longitud entre el pico y la cola puede llegar a 36 cm y su peso es alrededor de los 550 gramos en ejemplares adultos. La garganta y cara de la perdiz moruna es gris, con una franja pardo rojiza con manchas blancas en el cuello.

Desde la frente hasta la nuca prevalecen los colores oscuros. Las plumas son grisáceas con algún tono azulado en la parte de arriba y rojo en la parte inferior. Tiene patas y pico rojizos. Ambos sexos son muy similares en su aspecto, sin embargo, los machos presentan espolones más grandes que las hembras.

Alectoris barbara ¿De qué se alimenta?

Su dieta es principalmente vegetariana: frutos, raíces, semillas y diversas plantas (Euphorbia, Rhus y leguminosas). Completan su dieta con insectos, principalmente hormigas.

Distribución geográfica y hábitat de la perdiz moruna

Distribución de Alectoris barbara

Alectoris barbara se puede encontrar en el norte de África (Ceuta y Melilla), en Italia en la isla de Cerdeña, Madeira y otras zonas de Portugal, Gibraltar y en Canarias. Son nativas de África en su zona norte, en las demás regiones fueron introducidas. En Canarias se han adaptado tan perfectamente que hoy en día están completamente establecidas y son muy comunes en Tenerife, La Gomera, La Palma, etc.

Su ambiente natural son sitios áridos, semidesérticos, estepas, pastizales abiertos, matorrales mediterráneos y zonas pedregosas. Pueden encontrarse hasta a 2.000 metros sobre el nivel del mar aunque suelen estar en tierras más bajas.

Reproducción

La perdiz moruna es monógama. Su temporada de reproducción suele comenzar en marzo pero esto depende sobre todo de las lluvias anuales. En esta época se suelen ver a los machos emitiendo sus típicos sonidos de llamado a las hembras. Los nidos son construidos en el suelo y usan materiales como plumas y hojas para forrarlo.

Las hembras pueden poner entre 10 y 16 huevos que incuban por 25 días. Las crías abandonan el nido al poco tiempo de nacer. Forman fuertes vínculos familiares y ambos progenitores son responsables del cuidado de las crías.

Hábitos de la perdiz moruna

Es una especie sedentaria. Tienen un vuelo rápido y suelen hacer pequeños planeos alternados con batidas de alas. La perdiz moruna es un animal territorial y se enfrenta en peleas por mantener el control sobre su espacio, cuando debe huir prefiere correr a volar, buscando refugio entre los matorrales. Solo levantará el vuelo si su guarida está amenazada o se siente acorralada. Sus depredadores naturales son los gatos silvestres, los perros, ratas, etc. Emiten varios tipos de sonidos insistentes, agudos y cortos.

Son aves gregarias, durante la temporada estival pueden verse en grupos de familias que forman bandos de más de 50 individuos. La caza excesiva, la contaminación y la pérdida de sus espacios naturales llevaron a esta especie al borde de la extinción en el siglo XX. La muerte por envenenamiento debido a los agrotóxicos (insecticidas y herbicidas de los cultivos) también ha sido causa de la pérdida de muchos ejemplares. Aunque en la actualidad su situación aún es crítica se han tomado algunas medidas como la cría en cautividad para aumentar su población.

En la isla de Tenerife (donde son más comunes) se formó una asociación de cazadores con el objetivo de desarrollar un proyecto para la repoblación de la perdiz moruna, de manera de hacer sostenible la práctica de la caza de esta especie. Con este fin se han creado parques aclimatados para la cría y posterior liberación en sus hábitats naturales.

Literatura consultada

  • Barone, R. (Junio 2007).
  • Barone, R. (Enero 2012).
  • ITIS (consultado 29/10/2020)

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